La modernización de los procesos productivos, el vertiginoso avance tecnológico, el uso de las TICs, la globalización, la internacionalización de la cultura, la economía, la educación y la actividad universitaria han convertido a la EBC en el soporte de los cambios y trasformaciones que se vienen dando en la educación superior.
EBC no solo se orienta a la práctica y a producir, a satisfacer las necesidades de conocimientos marcados por el sector productivo, pugna por el desarrollo de habilidades, conocimientos, actitudes, aptitudes y valores, para articular la concepción del ser, saber ser, saber hacer y saber convivir, considerando la ocurrencia de varias tareas que suceden simultáneamente dentro del contexto donde se dará la acción.
La competencia es un saber en acción que, modifica la realidad, solucionando problemas concretos en situaciones de trabajo. La diferencia de la EBC con el enfoque tradicional es que la competencia no proviene solamente de la aprobación de un currículo basado en objetivos cognitivos, sino la aplicación del conocimiento en circunstancias prácticas, por lo que no solo interviene el conocimiento teórico-práctico, también intervienen la efectividad, compromiso, cooperación y complimiento.
Dentro de los distintos tipos de competencias que se han señalado por varios autores, la clasificación que cuenta con mayor aceptación es la que marca tres tipos: 1) Competencias básicas asociadas a conocimientos que se adquieren en la formación general (lectura, escritura, comunicación oral, cálculo, etc.), 2) Competencias Genéricas se relacionan con los comportamientos y actitudes de labores propias del ámbito productivo y 3) Competencias Específicas donde entran los aspectos técnicos relacionados de forma directa con la ocupación o contextos laborales.
Aquí podemos señalar que las competencias laborales son aquellos conocimientos y destrezas necesarias para desempeñar con éxito una función laboral, bajo estándares definidos por el sector productivo. Una característica importante de las competencias laborales es que son acumulativas, pues se necesita el desarrollo de competencias básicas para ascender a las genéricas y poder adquirir las competencias específicas de un área de trabajo. Otro punto importante es señalar que para una correcta evaluación se deben verificar en el lugar donde se realizan, pues son necesarias las condiciones reales o simuladas del ambiente laboral.
¿Cómo se puede identificar una competencia laboral?, para eso se hace un estudio constructivista que analiza el trabajo en su dimensión dinámica, después un análisis funcional con el fin de observar cada función productiva para certificar competencias y una tercera que sería el análisis ocupacional que nos permitirá identificar las actividades y factores técnicos que constituyen una ocupación, ofreciendo tres metodologías conocidas con los nombres de SCID, DACUM y AMOD
Pero, y aún con todo lo anterior no podemos decir que las competencias de egreso universitario, son las mismas que las competencias profesionales. La formación personal, la formación para la producción y el trabajo y la formación para vivir en sociedad son los tres ejes del acto educativo que se realizan en la educación universitaria.
El proyecto TUNNING, creado en Europa, se centra en las estructuras y el contenido de los estudios, siguiendo un enfoque integrador. Las competencias y las destrezas se entienden como conocer y comprender, saber cómo actuar y saber cómo ser, dando por resultado dos tipos de competencias: genéricas y específicas. La identificación de competencias laborales permite establecer las funciones y tareas que implica el desempeño profesional, para la educación universitaria hay dos caminos posibles. Uno es organizar módulos y expresar directamente los conocimientos habilidades y actitudes en forma de comportamientos evaluables. La otra es transformarlas en un listado de los contenidos (tópicos o materias) que son necesarios y los objetivos de aprendizaje expresados en forma de comportamientos evaluables asociados a cada contenido, utilizando para estos fines el método tradicional de la planificación.
La evaluación de competencias consiste en establecer un comparativo entre lo que se ha logrado en términos de aprendizaje y los estándares mínimos para el desempeño de una función y que se pueden catalogar como aceptable, sin perder de vista las condiciones en las que éste se da, para obtener una concepción de competencias donde en un mismo punto se observa el “saber hacer”, el “poder hacer” y el “querer hacer”.
EBC no solo se orienta a la práctica y a producir, a satisfacer las necesidades de conocimientos marcados por el sector productivo, pugna por el desarrollo de habilidades, conocimientos, actitudes, aptitudes y valores, para articular la concepción del ser, saber ser, saber hacer y saber convivir, considerando la ocurrencia de varias tareas que suceden simultáneamente dentro del contexto donde se dará la acción.
La competencia es un saber en acción que, modifica la realidad, solucionando problemas concretos en situaciones de trabajo. La diferencia de la EBC con el enfoque tradicional es que la competencia no proviene solamente de la aprobación de un currículo basado en objetivos cognitivos, sino la aplicación del conocimiento en circunstancias prácticas, por lo que no solo interviene el conocimiento teórico-práctico, también intervienen la efectividad, compromiso, cooperación y complimiento.
Dentro de los distintos tipos de competencias que se han señalado por varios autores, la clasificación que cuenta con mayor aceptación es la que marca tres tipos: 1) Competencias básicas asociadas a conocimientos que se adquieren en la formación general (lectura, escritura, comunicación oral, cálculo, etc.), 2) Competencias Genéricas se relacionan con los comportamientos y actitudes de labores propias del ámbito productivo y 3) Competencias Específicas donde entran los aspectos técnicos relacionados de forma directa con la ocupación o contextos laborales.
Aquí podemos señalar que las competencias laborales son aquellos conocimientos y destrezas necesarias para desempeñar con éxito una función laboral, bajo estándares definidos por el sector productivo. Una característica importante de las competencias laborales es que son acumulativas, pues se necesita el desarrollo de competencias básicas para ascender a las genéricas y poder adquirir las competencias específicas de un área de trabajo. Otro punto importante es señalar que para una correcta evaluación se deben verificar en el lugar donde se realizan, pues son necesarias las condiciones reales o simuladas del ambiente laboral.
¿Cómo se puede identificar una competencia laboral?, para eso se hace un estudio constructivista que analiza el trabajo en su dimensión dinámica, después un análisis funcional con el fin de observar cada función productiva para certificar competencias y una tercera que sería el análisis ocupacional que nos permitirá identificar las actividades y factores técnicos que constituyen una ocupación, ofreciendo tres metodologías conocidas con los nombres de SCID, DACUM y AMOD
Pero, y aún con todo lo anterior no podemos decir que las competencias de egreso universitario, son las mismas que las competencias profesionales. La formación personal, la formación para la producción y el trabajo y la formación para vivir en sociedad son los tres ejes del acto educativo que se realizan en la educación universitaria.
El proyecto TUNNING, creado en Europa, se centra en las estructuras y el contenido de los estudios, siguiendo un enfoque integrador. Las competencias y las destrezas se entienden como conocer y comprender, saber cómo actuar y saber cómo ser, dando por resultado dos tipos de competencias: genéricas y específicas. La identificación de competencias laborales permite establecer las funciones y tareas que implica el desempeño profesional, para la educación universitaria hay dos caminos posibles. Uno es organizar módulos y expresar directamente los conocimientos habilidades y actitudes en forma de comportamientos evaluables. La otra es transformarlas en un listado de los contenidos (tópicos o materias) que son necesarios y los objetivos de aprendizaje expresados en forma de comportamientos evaluables asociados a cada contenido, utilizando para estos fines el método tradicional de la planificación.
La evaluación de competencias consiste en establecer un comparativo entre lo que se ha logrado en términos de aprendizaje y los estándares mínimos para el desempeño de una función y que se pueden catalogar como aceptable, sin perder de vista las condiciones en las que éste se da, para obtener una concepción de competencias donde en un mismo punto se observa el “saber hacer”, el “poder hacer” y el “querer hacer”.
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